miércoles, 24 de agosto de 2011

El mundo nunca fue un cabaret.



Dicen que no vivimos en una dictadura, que somos libres, que somos libres de opinar, pensar y decid aquello que opinamos y pensamos.







Pero todos sabemos que no es cierto, decir ya no es solo decir, es prever, adelantarte y suponer unos movimientos, los movimientos de tu enemigo.

Me han enseñado a ser individualista y a la vez a ansiar sentirse parte de algo o de alguien, en estos tiempos has de ir armado, sobreinformado y protegido, porque el fin de vivir ya no es vivir, es atacar.


A veces pienso que es la única manera de sobrevivir.

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lunes, 11 de abril de 2011

FICTICIA MADUREZ [II]


Sira conoció a ese hombre en una boda, era la boda de un buen cliente de Sira, un tal Slarsen dueño de una cadena de supermercados ecologistas, Sira odiaba ir a las bodas, bueno, todo el mundo no emparejado odia ir a las bodas, es la celebración donde la gente emparejada manda, y los solteros, por muy de oro que sean son enviados a la mesa del fondo junto a la puerta del servicio, Sira procuró conseguir pareja de todas las maneras, incluso le rondó la idea de subastarse en eBay, pero al final no resultó y acabo desterrada a las tierras de los impares.

En aquella unión de patrimonios conoció a un hombre, barba de 3 días, un cuerpo de footing mezclado con gimnasio semanal y tratamientos mensuales y un estilo de vestir apropiado, chaqueta y pantalones de traje con una camisa blanca, pajarita blanca y zapatos negros, grandes y de cocodrilo. Se presento como Josh, de profesión: escritor freelance y amante del Moët & Chandon, por supuesto, Sira no le prestó la más mínima atención al principio, escritor, no, escritor freelance, es decir sin ninguna editorial ni revista fija, alejado de la política y más interesado en sociedad, ingresos bajos, seguramente dependiente de sus amantes económicamente, seguramente con propiedad compartida, y por último, seguramente con deudas pendientes, no fue hasta los 15 minutos cuando, gracias un poco al Moët, Sira encontró como sacarle provecho.

Los dos coincidían en que el destierro a los solteros a la mesa del fondo era respuesta a la rabieta de los emparejados que veían caer su influencia propia cuando se unían a otra persona, por lo que Sira decidió proponerle que se emparejaran únicamente para esa ocasión, “buena idea, mezclarse con el enemigo, iniciar la revolución desde dentro” dijo él, y así, pasaron toda la velada hablando sobre experiencias personales, traumas infantiles y sonidos de la adolescencia, mientras, paralelamente, hacían contactos, influencias y seguían disfrutando de la chispeante ambrosía, se saltaron el baile, ya era demasiado bochornoso escuchar a la Tuna de turno pidiendo limosna por las mesas, no querían ver al tío segundo del sud con la corbata en la cabeza. Él robo una rosa del ramo de la novia y se la dio, ella sonrío, le acompaño a su coche, ella la llevo hasta casa, se intercambiaron números, se dieron la mano y el salió del coche.

Sira no nos dijo nada, en un momento, pensó que era príncipe de una noche, pero un miércoles por la mañana, cuando ella se encontraba traduciendo (con la ayuda de Google) un comunicado en alemán, su móvil sonó, no era una llamada, era un mensaje, en estos tiempos solo se llama a los padres i a algunos magnates y compañías por motivos de trabajo; él le invitaba a tomar un lunch en una cafetería especializada en Muffins y torrijas, ella estaba tan agobiada con el trabajo que decidió bajar, quedaron, se rieron, y ella, en un momento autoafirmativo le dijo que no acabarían en la cama, además de tener trabajo le contó que ella no se acostaba con hombres, el se incomodó al principio, pero su afán periodístico le hizo querer saber más, empezó hablando de ella y acabo hablando de sus mejores amigos, aquel día quedamos por la noche para cenar en la cafetería del Hospital General con Cady, ella, siguió sin decir nada.

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domingo, 10 de abril de 2011

FICTICIA MADUREZ.








N
o voy a mentir, me lo veía venir, bueno, nos lo veíamos venir, somos oficialmente las tres eternas solteronas (sí, soy un hombre, pero el castellano es tan machista y en este caso el hombre es minoría.), la verdad es que ya nos lo olíamos desde que por casualidades, coincidencias u lo que fuere, nos conocimos los tres en la adolescencia.

En la adolescencia uno piensa el 80% del tiempo en sexo, pues bien, esperas con ansía ese día en el que pierdas la “V-card”, sencillamente, para las tres eternas solterona eso no pasó, no, no te alarmes, con los años empiezas a soportar la falta de sexo y utilizas toda esa energía en otras cosas.

Pero para dejaros claro quiénes somos empecemos desde el principio, alguno de mis terapeutas siempre decía algo sobre que debía reordenar siempre mis prioridades.
Empecemos por Sira, una chica que empezó trabajando en la panadería familiar y ha acabado por convertir el negocio familiar en la mayor cadena de hornos orgánicos y ecológicos, unos hornos que hacen furor entre el sector más sibarita del país. Si me preguntaran como ha sido capaz de lograr tal cosa, diría que por puro instinto, siempre ha sido una chica de corazonadas, y siempre han resultado ser reales. En cuanto en el aspecto amoroso han pasado un par de hombres por su vida, pero eran chicos destinados a nutrirse de sus influencias, es decir, todos eran inversores, directivos profesionales o hijos de papa, ella se negaba a acostarse con ellos, ya que según ella, una vez los metiera en su cama empezaría a tener responsabilidades sobre ellos; incluso intento jugar en el lesbo-team, con una polivalente artista, pero al final no resulto.

Ahora pasemos a Cady, digamos que desde que acabó el ciclo de sanitaria no ha tenido mucho tiempo para tener una vida amorosa, acabó el ciclo a los 18 y empezó a trabajar en un centro de mayores y a la vez, empezó a estudiar Enfermería por la Universidad a distancia, ahora mismo, es jefa de las enfermeras en el Hospital General, vive y duerme para su trabajo así que solo la podemos ver en su hora de descanso.

En cuanto a mí, decir que me llaman “D”, nadie me llama por mi nombre, ya que es horrible a pesar de que provenga de la mitología griega, pues a los 24 acabé una carrera de la rama social, acabe de perfeccionar mi inglé, aprendí algo de francés e hice algún curso de estadística y desarrollo empresarial, ahora mismo soy asistente personal del jefe de Alpha Models, una agencia-cadena fabrica modelos, digamos que soy algo así como un cruce de America Ferrera en Betty y Anne Hattaway en “El diablo viste de Prada”. En cuanto al amor, también han pasado unos cuantos hombres por mi vida, pero afrontémoslo, le tengo pánico al sexo, no a todo sobre ello, he aprendido que si a tu compañero de cama no le vas a dejar que se acueste contigo por lo menos con una felación no le hablara mal de ti a toda la “high-society” de la ciudad.

No voy a entrar en descripciones físicas sobre nosotros, no es necesario, imagina a las eternas solteronas de la ciudad como tu quieras, podemos ser igual de “cool” que las chicas de “Sex and the city” o “Melrose Place” o puedes imaginarnos como unas señoras propias de un grupo de Facebook, la cuestión no es esa, si no que dado los años que tenemos todavía somos los tres vírgenes.



Todo esto que escribo es por una razón, la revelación, es decir, estábamos los tres en una reinauguración de la inauguración de uno de los garitos de moda en el centro, yo iba invitado por parte de mi jefe, ya que íbamos en misión de conseguir sitios donde colocar a nuestros modelos, en concreto a una pseudo-hembrista propietaria y directiva de una pequeña firma de moda en auge, Jay, mi jefe me pidió que llevara también a Sira y a Cady ya que en casos anteriores se habían conseguido grandes inversiones gracias al tándem Sira-Cady-D, pues bien, mientras los “Manhattan” se acababan y conseguíamos que la mujer en cuestión se relajara nos reconoció, no estoy diciendo que nos conociera de antes, de la época del instituto, sino que nos reconoció como las tres eternas solteronas, anonadadas nos hallábamos en medio de la sala VIP, se ve que algún columnista, algún engendro venido del mundo de Hades que se hacía llamar periodista, había creado una sección entera sobre nuestras identidades hace un mes, es decir, no había colocado nuestros nombres y apellidos en la columna, si no simplemente nuestras iniciales, y a partir de las experiencias que compartimos con la propietaria nos identifico con los personajes de la columna, nos sacó hasta el último número del periódico en cuestión, éramos nosotros sin duda, contaba algo que nos había pasado hace unas semanas, y el periódico en cuestión era… era un periódico conocido por mí, no podía creerme como podía haber confiado tanto tiempo en esa persona, lo que ignoraba es que tanto Sira como Cady también habían tenido contacto con esa persona, sin que lo supiéramos entre nosotros, era el primer secreto entre nosotras, bueno, no el primero, uno siempre se esconde cosas ¿No?
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